La nueva era de la integración: industria del cannabis y automatización
Hoy en día, casi todas las industrias han adoptado la automatización en sus procesos de producción en más o menos medida. Con el uso de maquinaria y tecnología, el objetivo principal sigue siendo el mismo: mejorar los resultados, aumentar la eficiencia y reducir los costes de fabricación.
Al igual que en estas industrias, la automatización también se ha introducido en la industria del cannabis desde hace más de una década, facilitando enormemente las tareas para los cultivadores que buscan una fórmula más rápida y eficiente de trabajar, que baje costes y que, a la vez, aumente la rentabilidad total de sus actividades.
Tradicionalmente, desde la plantación de las semillas hasta el cultivo, todos los procesos, incluido el de la cosecha, se realizaban manualmente. Aunque esto podía parecer manejable para un uso personal, a nivel industrial, los costes laborales eran demasiado elevados. Además, si nos centramos en los procesos poscosecha, las ventajas de la automatización dejan claro que vale la pena invertir e integrar soluciones automatizadas para facilitar y hacer más eficiente toda la producción.
Automatizar el proceso de poscosecha del cannabis ha demostrado ser una herramienta excelente que garantiza una mejor calidad de la planta una vez procesada, cuidando y preservando al máximo todos sus componentes, desde las hojas de azúcar hasta cada uno de los tricomas presentes en las flores, a la vez que permite estandarizar la producción en todas sus etapas. Además, con la automatización se ahorran tiempos de ejecución, y dinero, sobre todo, a la vez que la producción se maximiza y se aumenta la rentabilidad final. Esto permite a las empresas ser mucho más competitivas en el mercado actual y ha provocado que el sector se vea inmerso en un proceso de cambio y modernización.
Por lo tanto, es hora de introducir la automatización en todo el sistema de producción y conocer todos los beneficios que puede aportar. Con la maquinaria industrial adecuada para el proceso del cannabis en su fase de poscosecha se garantiza una fluidez en toda la cadena productiva y se simplifican los costes tanto de fabricación como de personal.
Beneficios de automatizar la industria del cannabis
A continuación, se presentan los tres principales beneficios de automatizar la industria del cannabis:
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Reducción de costos de producción
Dado que la maquinaria está diseñada para reemplazar muchas funciones realizadas por personas, este cambio probablemente resultará en una disminución de los costos laborales. Aunque las máquinas pueden parecer costosas a primera vista, es importante recordar que son una inversión única. Mientras se mantengan y cuiden adecuadamente, tendrán una larga vida útil.
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Mejora de la eficiencia
Muchas etapas de la producción de cannabis, como la separación de las semillas, el pelado, el secado o la clasificación de flores, requieren y consumen mucho tiempo. Una vez automatizados los procesos, las largas horas se reducen considerablemente. Además, la mayoría de la maquinaria avanzada cuenta con sensores incorporados que monitorean cada una de las etapas, lo que ayuda a cultivar plantas saludables y de mayor calidad de manera más eficiente.
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Rendimiento maximizado
El seguimiento, recolección y registro de datos en todas las etapas del desarrollo de las plantas permite mantener la salud de las mismas de forma mucho más efectiva y, por consiguiente, sus resultados finales una vez éstas sean procesadas. Estos datos pueden incluir niveles de humedad, temperatura o iluminación. Controlar estos factores que favorecen o impiden el crecimiento de las plantas dará como resultado un rendimiento mayor de la actividad global.
El proceso del trimming automatizado
Aunque muchas etapas de toda la cadena de producción pueden ser automatizadas, los procesos de poscosecha del cannabis son los que se han vuelto mucho más accesibles y los que se han visto beneficiados, gracias precisamente, a las nuevas y avanzadas tecnologías.
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Durante muchos años, el proceso de pelado de la planta del cannabis se ha llevado a cabo de manera manual. Este proceso no solo consume mucho tiempo, sino que también requiere gran concentración y esfuerzo, por lo que puede volverse muy agotador para el que lo realice. Tal y como se mencionó anteriormente, aunque para el cultivo personal se puede manejar el pelado a mano, a escala comercial o industrial se vuelve difícil de gestionar. Debido a que el proceso es muy laborioso, puede ser necesario contratar una gran cantidad de mano de obra para aumentar la producción en el tiempo establecido, lo que hace que el pelado manual sea muy costoso e inasequible.
Para las empresas de gran escala, especialmente aquellas que se enfocan en la producción de cannabis para fines médicos, con altos volúmenes de producción, obtener resultados precisos, exactos y consistentes es de suma importancia. Por esta razón, la incorporación de maquinaria automatizada es la solución ideal para lograrlo. Además, el equipo disponible para el pelado puede personalizarse según los objetivos finales, como en el hecho de poder mantener el mismo grado de consistencia y homogeneidad en cada flor procesada. Ésto garantiza la calidad de los productos una vez procesados, así como la calidad de la producción final.
Conclusión
Inicialmente, muchos cultivadores eran reticentes ante la mera mención de un «sistema de pelado automatizado» en los primeros días de la automatización en las instalaciones de cannabis. Sin embargo, hoy en día podemos confirmar que estamos inmersos en un marco totalmente diferente, ya que tanto la tecnología como los sistemas automatizados han mejorado sustancialmente.
Podemos afirmar que la nueva era de la verdadera industria del cannabis acaba de comenzar. El sector del cannabis debe aceptar el uso de maquinaria confiable y segura para automatizar todo el proceso de producción, ya que la demanda sigue en constante crecimiento. El procesamiento manual ya no es eficiente en la industria actual, especialmente en el sector médico. Con el uso del equipo poscosecha adecuado se mejorará sustancialmente tanto la fabricación como la calidad del producto final y, lo más importante, aumentará la rentabilidad total de la actividad productiva.
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